viernes, 12 de julio de 2013

La ciudad, 1, de Carl Rakosi



La ciudad (1925)
de Carl Rakosi

1
Bajo este Luxemburgo del paraíso
grúa recta,
pequeñas águilas…
en el puerto de N. Y……

doradores, estampadores, fabricantes de lapiceras, martilladores de oro,

aprensiones del trueno
            velocidad
la prostituta
indiferencia
hijo
       glioma

Tammany, McCoy,
las puertas de bronce de la Garantía de Confianza
los antepechos de cobre.

Naranjero y sala de juegos
con el tallo alto del Antiguo Inglés
enmarañado copas grabadas
y Porcelana Real de Copenhagen.

Jade gordo como cordero
Chieng Lung
hace rodar
una botella de baño
tapón
amatista & escudo de monograma.

Una exhibición técnica.
Compraste una botella de perfume
y un chal chino.
Susannah colocó una lápida en St. Paul.

Estoy adentro esperando una sorpresa
Estoy enamorado de la chica en el Wabash
Estoy solo con una mano en mi mano
y un par de ojos maravillosos

pero estoy triste
Tengo que hablar
Quiero hacer
Quiero decir
las vistas me oscurecen
los hechos me protegen

El Maine navega mar adentro
el enterrador maneja hacia Hartford

Ayer los patos volaron en un cielo cerrado
Tuve los alótropos de la visión,
algo histórico en los controles
de América del Norte,
de peso pesado y metafóricamente.

¿Qué son los hechos?
Hoy barrieron en el ayuntamiento
colocaron las prensas del torno
equiparon el portaherramientas
desecharon los rodillos
barnizaron los nudos,
marcaron la capital
sobre el eje.

Alguien tiene que manejar las puntas de descarga
montar los engranajes
aceitar las cámaras
alguien tiene que liquidar el whisky
alguien tiene que hablar

¿Qué son los hechos?

The City (1925)
Carl Rakosi
1

Under this Luxemburg of heaven,  
upright capstan,
                         small eagles. . . .
is the port of N.Y. . . . .        

gilders, stampers, pen makers, goldbeaters,

apprehensions of thunder  
                      speed
                           the whore  
                      indifference  
                           son
                      glioma

Tammany, McCoy,
the bronze doors of the Guarantee Trust,  
the copper spandrels.

Orangerie and game room
with Old English tall twisted  
stem engraved goblets
and Royal Copenhagen porcelain.

A mutton fat jade
Chien Lung
                bowl
a toilet bottle
                        amethyst
stopper & monogram shield.

A technical display.
You bought a perfume bottle
and a Chinese shawl.
Susannah set a headstone in St. Paul.

I’m inside waiting for a surprise
I’m in love with the girl on the Wabash  
I’m alone with a hand in my hand  
and a pair of wonderful eyes

but I’m blue
I have to speak  
I want to do  
I want to see
the sights obscure me
the facts secure me

The Maine sails out to sea
the undertaker drives to Hartford

Yesterday the ducks flew in a mackerel sky.  
I had the allotropes of vision,
something historical at the controls
of North America,
heavyweight and metaphorical.

What are the facts?
they swept the city hall today
they set the lathe dogs  
trimmed the tool posts  
scraped the bearings  
shellacked the knots,  
they set the capital  
upon the shaft.

Somebody has to drive the spikes  
pitch the gears
oil the cams
somebody has to kill the whisky  
somebody has to speak

What are the facts?



miércoles, 5 de junio de 2013

Colores y los chicos, de Cat Power




colores y los chicos



deben ser los colores y los chicos
lo que me mantiene viva
porque la música me mata de aburrimiento
deben ser sólo los colores y los chicos
lo que me mantiene viva
porque quiero irme lejos
a una noche de enero
construí un refugio con un viejo amigo
él era alguien de quien podía aprender
él era alguien en quien podía convertirme
¿me encontrarás en una playa llena de arena?
podemos arremangar nuestros jeans
para que la marea
no nos llegue a las rodillas
yellow hair, you are a funny bear
yellow hair, you are such a funny bear
dedos delgados me sujetarían
brazos delgados me sujetarían
y podrás decir mi nombre
como si supieras mi nombre
y yo podría quedarme acá,
transformarme en alguien diferente
y yo podría quedarme acá,
transformarme en alguien mejor
es tan difícil entrar en la ciudad
porque querés decirle hola a todos
es tan difícil entrar en la ciudad
porque querés decirle te amo a todos
cuando éramos adolescentes,
queríamos ser el cielo
ahora todo lo que queremos
es irnos a lugares rojos
intentar mantenernos afuera del infierno
deben ser los colores y los chicos
lo que me mantiene viva
porque la música me mata de aburrimiento
deben ser los colores y los chicos
lo que me mantiene viva
en esta noche de enero
yellow hair, you are a funny bear
yellow hair, you are such a funny bear


colors and the kids

must be the colors and the kids that keep me alive
'cause the music is boring me to death
must just be the colors and the kids that keep me alive
'cause I want to go right away to January night
I built a shack with an old friend
he was someone I could learn from
someone I could become
will you meet me down on a sandy beach?
we can roll up our jeans
so the tide won't get us below the knees
yellow hair, you are a funny bear
yellow hair, such a funny bear
slender fingers would hold me
slender limbs would hold me
and you could say my name
like you knew my name
I could stay here, become someone different
I could stay here, become someone better
it's so hard to go in the city
'cause you want to say hello to everybody
it's so hard to go into the city
'cause you want to say 'hey I love you' to everybody
when we were teenagers, we wanted to be the sky
now all we want is go to red places
and try to stay outta hell
must be the colors and the kids that keep me alive
'cause the music is boring me to death
must be the colors and it must just be the kids
that keep me alive on this January night
yellow hair, you are a funny bear
yellow hair, you are such a funny bear

viernes, 15 de marzo de 2013

Le decían "El Cura", de William Burroughs (con música de Kurt Cobain)








Combatan la tuberculosis, amigos”. Vísperas de Navidad, un viejo
drogón vendiendo estampitas de Navidad al norte de la calle Park.
Le decían el “Cura”. Combatan la tuberculosis, amigos”.
Gente apurada, sombras grises en una pared lejana.
Se hacía tarde y no había de dónde sacar plata.
Dobló en una calle lateral y el viento del lago lo cortó como cuchillo.
Taxi se detiene ahí adelante, bajo el poste de luz.
Chico sale con un bolso. Pibe flaco con ropa de colegio,
cara conocida, se dice a sí mismo el Cura,  que mira desde la entrada
 “Me hace acordar a algo tiempo atrás”. El chico, ahí, con su campera
desabrochada, buscando en el bolsillo del pantalón la plata para  el taxi.
El taxi aceleró y dobló en la esquina. El chico entró
en un edificio. “Mmm, sí, seguramente” – el bolso estaba ahí en la entrada
Había perdido de vista al chico. Fue a buscar las llaves, probablemente,
tengo que moverme rápido. Levantó el bolso y encaró hacia la esquina
Lo logró. Un vistazo al bolso. No se parece al que tenía el chico
o al que cualquier chico tendría. El Cura no podía precisar por qué
el bolso parecía tan viejo. Viejo y sucio, cuero de mala calidad, pesado.
Mejor veo lo que tiene. Doblo en Lincoln Park, encontró un
lugar vacío y abrió el bolso. Dos piernas humanas amputadas que pertenecían a
alguien joven de piel oscura. Pelos brillantes de pierna negra resplandecían bajo la
débil luz de la calle. Las piernas habían sido metidas a la fuerza en el bolso y tuvo que poner
su rodilla atrás del bolso para sacarlas. “Piernas, efectivamente,”
dijo, y caminó apurado con el bolso en la mano.
Quizás puedo sacar unos dólares. El comprador olfateó con desconfianza.
“Tiene como un olor raro”. “Es cuero mexicano”.
“Algún gracioso se olvidó de curarlo”.
El comprador miró el bolso con fría desaprobación.
“Ni siquiera estoy seguro de que esté muerto, sea lo que sea.
Tres es lo mejor que puedo hacer y me duele. Pero como es Navidad
y vos sos el Cura…” deslizó tres monedas por debajo de la mesa sobre la
mano sucia del Cura. El Cura se desvaneció en la sombra de las calles, sórdido
y furtivo. Tres centavos no compran un bolso, por lo menos cinco.
Acordate que el viejo rompebolas de Addie me dijo que no volviera salvo que
le pague los tres centavos que le debo. Sí, no ganas nada,
se calienta por tres míseros centavos.
El doctor no estaba feliz de verlo.

“¿Y ahora qué QUERÉS? ¡TE LO DIJE!
El Cura apoyó tres monedas sobre la mesa. El doctor guardó el
la plata en su bolsillo y empezó a gritar.
“¡Tuve PROBLAMAS! ¡LA GENTE anda dando vueltas!
¡Podría perder mi LICENCIA!” El Cura sentado ahí, los ojos, viejos y pesados de
años de basura, posados en la cara del doctor.
“No puedo hacerte una prescripción.” El médico abrió de golpe el cajón 
y deslizó una ampolla a través de la mesa. “¡Es lo único que tengo en la OFICINA!”
El doctor se incorporó. “Tomá y ¡RAJÁ!”, le gritó, histérico.
El Cura ni siquiera se inmutó.

El doctor agregó en un tono más sosegado, “Después de todo soy un profesional,
y gente como vos no tendría que venir a joderme.”
“¿No tenés más nada? ¿Un mísero cuarto? ¿Podrías fiarme
un cinco…?” “Rajá, turrito, rajá, o llamo a la policía.”
“Todo bien, doctor, me voy.” Claro que hacía frío y estaba lejos como para caminar,
la pensión, una calle echa mierda, habitación en el último piso.
 “Estos escalones,” el Cura tosió ahí, sosteniéndose en la
Baranda. Entró al baño, paneles amarillos que hacen de pared,
el baño perdiendo, y sacó sus herramientas de abajo del lavabo.
Envueltas en papel marrón, regresa a su pieza, a poner cada gota en el gotero

Se arremangó. Entonces escuchó un quejido que venía de la puerta de al lado,
habitación dieciocho. El pibe mexicano vive ahí, el Cura se lo había cruzado en
la escalera y vio que el pibe andaba con abstinencia, pero no dijo nada, porque
no quería ninguna conexión con pendejos, malas noticias en cualquier idioma.
El Cura había tenido suficientes malas noticias en toda su vida.
Escuchó, otra vez, el quejido, un quejido que podía sentir, sin confundir aquel quejido
y lo que significaba. “En una de ésas tuvo un accidente o algo.
Como sea, no puedo disfrutar de mi medicina sacerdotal con ese sonido que
atraviesa la pared.” Paredes delgadas, ustedes entienden. El Cura apoyó el
gotero, pasillo helado, y golpeó la puerta de la habitación dieciocho.
 ¿Quién es?” “El Cura, nene, vivo acá al lado.”
Podía escuchar a alguien rengueando por la habitación.

Corrió el cerrojo. El chico parado ahí en calzoncillos, ojos enlutados en
dolor. Empezó a caerse. El Cura lo ayudó a acostarse en la cama.
 “¿Qué pasa, flaco?” “Son mis piernas, señor, las convulsiones, y ahora no tengo
más medicamentos.” El Cura podía ver las convulsiones, como nudos de madera
ahí sobre las piernas jóvenes, pelos brillantes de pierna negra.
 “Hace unos años tuve un accidente en una carrera de bicicletas,
ahí empecé con las convulsiones.” Y ahora volvieron las convulsiones en las piernas,
mezcladas con el interés por esa basura. El viejo Cura se detuvo, sintiendo el quejido
del chico. Inclinó su cabeza como en un rezo, volvió a su habitación y agarró su gotero,
 “Sólo es un cuarto, flaco.” “No necesito mucho más, señor.”

El chico estaba dormido cuando el Cura abandonó la habitación dieciocho.
Regresó a su pieza y se sentó en la cama.
Entonces le pegó como una nieve pesada y silenciosa. Toda esa gris basura del pasado.
Se sentó ahí, a recibir el pase inmaculado. Y como él mismo era un Cura,
no era necesario llamar a uno.

"The Priest", they called him

"Fight tuberculosis, folks." Christmas Eve, an old
junkie selling Christmas seals on North Park Street.
The "Priest," they called him. "Fight tuberculosis, folks."
People hurried by, gray shadows on a distant wall.
It was getting late and no money to score.
He turned into a side street and the lake wind hit him like a knife.
Cab stop just ahead under a streetlight.
Boy got out with a suitcase. Thin kid in prep school clothes,
familiar face, the Priest told himself, watching from the doorway.
"Remindsme of something a long time ago." The boy, there, with his overcoat
unbuttoned, reaching into his pants pocket for the cab fare.
The cab drove away and turned the corner. The boy went inside
a building. "Hmm, yes, maybe" - the suitcase was there in the doorway.
The boy nowhere in sight. Gone to get the keys, most likely,
have to move fast. He picked up the suitcase and started for the corner.
Made it. Glanced down at the case. It didn't look like the case the boy had,
or any boy would have. The Priest couldn't put his finger on what was so
old about the case. Old and dirty, poor quality leather, and heavy.
Better see what's inside. He turned into Lincoln Park, found an
empty place and opened the case. Two severed human legs that belonged to
a young man with dark skin. Shiny black leg hairs glittered in the
dim streetlight. The legs had been forced into the case and he had to use
his knee on the back of the case to shove them out. "Legs, yet,"
he said, and walked quickly away with the case.
Might bring a few dollars to score. The buyer sniffed suspiciously.
"Kind of a funny smell about it." "It's just Mexican leather."
"Well, some joker didn't cure it."
The buyer looked at the case with cold disfavor.
"Not even right sure he killed it, whatever it is.
Three is the best I can do and it hurts. But since this is Christmas
and you're the Priest..." he slipped three bills under the table into the
Priest's dirty hand. The Priest faded into the street shadows, seedy
and furtive. Three cents didn't buy a bag, nothing less than a nickel.
Say, remember that old Addie croaker told me not to come back unless
I paid him the three cents I owe him. Yeah, isn't that a fruit for ya,
blow your stack about three lousy cents.
The doctor was not pleased to see him.

"Now, what do you WANT? I TOLD you!"
The Priest laid three bills on the table. The doctor put the
money in his pocket and started to scream.
"I've had TROUBLES! PEOPLE have been around!
I may lose my LICENSE!" The Priest just sat there, eyes, old and heavy with
years of junk, on the doctor's face.
"I can't write you a prescription." The doctor jerked open a drawer
and slid an ampule across the table. "That's all I have in the OFFICE!"
The doctor stood up. "Take it and GET OUT!" he screamed, hysterical.
The Priest's expression did not change.

The doctor added in quieter tones, "After all, I'm a professional man,
and I shouldn't be bothered by people like you."
"Is that all you have for me? One lousy quarter G? Couldn't you lend
me a nickel...?" "Get out, get out, I'll call the police I tell you."
"All right, doctor, I'm going." Of course it was cold and far to walk,
rooming house, a shabby street, room on the top floor.
"These stairs," coughed the Priest there, pulling himself up along the
bannister. He went into the bathroom, yellow wall panels,
toilet dripping, and got his works from under the washbasin.
Wrapped in brown paper, back to his room, get every drop in the dropper.

He rolled up his sleeve. Then he heard a groan from next door,
room eighteen. The Mexican kid lived there, the Priest had passed him on
the stairs and saw the kid was hooked, but he never spoke, because he
didn't want any juvenile connections, bad news in any language.
The Priest had had enough bad news in his life.
He heard the groan again, a groan he could feel, no mistaking that groan
and what it meant. "Maybe he had an accident or something.
In any case, I can't enjoy my priestly medications with that sound coming
through the wall." Thin walls you understand. The Priest put down his
dropper, cold hall, and knocked on the door of room eighteen.
"Quien es?" "It's the Preist, kid, I live next door."
He could hear someone hobbling across the floor.

A bolt slid. The boy stood there in his underwear shorts, eyes black with
pain. He started to fall. The Priest helped him over to the bed.
"What's wrong, son?" "It's my legs, senor, cramps, and now I am without
medicine." The Priest could see the cramps, like knots of wood there
in the young legs, dark shiny black leg hairs.
"A few years ago I damaged myself in a bicycle race,
it was then that the cramps started." And now he has the leg cramps back
with compound junk interest. The old Priest stood there, feeling the boy
groan. He inclined his head as if in prayer, went back and got his dropper.
"It's just a quarter G, kid." "I do not require much, senor."

The boy was sleeping when the Priest left room eighteen.
He went back to his room and sat down on the bed.
Then it hit him like heavy silent snow. All the gray junk yesterdays.
He sat there received the immaculate fix. And since he was himself a priest,
there was no need to call one.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Los Tantras de Coyote (1973), de Barry Gifford.



CI

Coyote se paró junto al río

con su mujer
donde
el Alouette del norte
desemboca en el Fraser

“Escribí lo que ves,”

dijo Coyote,

“sólo eso–
“todo lo demás

es culpa tuya”.

CI

Coyote stood by the river

with his lady,
where
the North Alouette
spills into the Faser

“Write down what you see,”

said Coyote,

“just that–
“anything else

is your own fault”.

martes, 12 de febrero de 2013

Ustedes no saben lo que es el amor (una tarde con Charles Bukowski), de Raymond Carver


Ustedes no saben lo que es el amor
(una tarde con Charles Bukowski)

ustedes no saben lo que es el amor dijo Bukowski
tengo 51 años mírenme
enamorado de una nena
hasta las pelotas pero ella está igual
así que todo bien así tiene que ser
me meto en la sangre de ellas y no me pueden sacar
hacen cualquier cosa por dejarme
pero al final todas terminan volviendo
todas terminan volviendo salvo
esa que enterré
lloré por ella
pero tenía el llanto fácil en esa época
no dejen que empiece con cosas jodidas vieja
que después me pongo de malhumor
podría sentarme y tomar birra
toda la noche con ustedes hippies
y nada como si fuera agua
si empiezo con cosas jodidas
va a volar gente por las ventanas
voy a tirar a alguno por la ventana
ya lo he hecho
pero ustedes no saben lo que es el amor
no saben porque nunca
han estado enamorados así de simple
estoy con esta nena es hermosa
me dice Bukowski
Bukowski con su voz finita
y yo le digo qué
pero ustedes no saben lo que es el amor
yo les cuento
pero no me están escuchando
no hay ni uno de ustedes en esta habitación
que reconozca al amor incluso si se levantara
y los garchara por el orto
yo pensba que las lecturas de poesía eran un chamuyo
miren tengo 51 años y anduve mucho por ahí
sé que son un chamuyo
pero me dije Bukowski
cagarse de hambre también es un chamuyo
y así estamos y nada es como debería ser
ese tipo cómo se llama Galway Kinnell
vi su foto en una revista
un careta
pero es profesor
dios se imaginan?
pero si ustedes son profesores también
ya los estoy bardeando
pero no escuché hablar de él
ni de él tampoco
son todas termitas
quizás sea el ego ya no leo casi nada
pero esta gente que se construye
una reputación con cinco o seis libros
todas termitas
Bukowski me dice
por qué escuchás música clásica todo el día?
la pueden escuchar diciendo eso?
Bukowski por qué escuchás música clásica todo el día?
eso los sorprende no?
no se imaginaban que un pobre tipo como yo
podía escuchar música clásica todo el día
Brahms Rachmaninoff Bartok Telemann
mierda yo no podría escribir acá arriba
es demasiado tranquilo muchos árboles
a mí me cabe la ciudad ése es mi lugar
pongo mi música clásica todas las mañanas
me siento adelante de la máquina de escribir
me prendo un pucho y me lo fumo así mirá
y me digo Bukowski sos un tipo con suerte
Bukowski te las bancaste todas
y sos un tipo con suerte
y el humo azul cruza la mesa
y miro por la ventana hacia la avenida Delongpre
y veo a la gente que va y viene por la vereda
y tiro el humo así
y depués apoyo el pucho en el cenicero así respiro hondo
y me pongo a escribir
Bukowski esto es vida digo
está bueno ser pobre está bueno tener hemorroides
está bueno el amor
pero ustedes no saben cómo es
no saben lo que es estar enamorado
si la vieran entenderían lo que quiero decir
ella pensó que yo venía acá para ponerla
lo sabía
me dijo que lo sabía
mierda tengo 51 años y ella tiene 25
y estamos enamorados y ella se pone celosa
dios es tan linda
me dijo que me arrancaba los ojos si venía acá
y llegaba a ponerla
eso es el amor para ustedes
qué saben ustedes al respecto
déjenme decirles algo
conocí hombres en la cárcel que tenían más estilo
que la gente que anda dando vueltas por la facultad
y que va a las lecturas de poesía
son chupasangres que vienen a ver
si el poeta tiene las medias sucias
o si tiene olor a chivo
confíen en mí no los voy a defraudar
pero quiero que se acuerden de esto
hay un solo poeta en esta habitación esta noche
un solo poeta en esta ciudad esta noche
y quiás un solo poeta verdadero en este país esta noche
y ése soy yo
qué saben ustedes sobre la vida
qué saben ustedes sobre cualquier cosa
a quién de ustedes lo rajaron alguna vez del laburo
quién cagó a trompadas a su chica
quién fue cagado a trompadas por su chica
a mí me rajaron de Sears y Roebuck cinco veces
me rajaban y me contrataban de nuevo
trabajaba de repositor para ellos cuando tenía 35
y después me metieron adentro por robar galletitas
yo sé cómo es yo estuve ahí
tengo 51 años y estoy enamorado
esta nena me dice
Bukowski
y yo le digo qué y ella me dice
sos una mierda
y yo le digo nena vos me entendés
es la única chica en el mundo
hombre o mujer
de la que aceptaría eso
pero ustedes no saben lo que es el amor
al final siempre terminan volviendo
todas vuelven
salvo esa que les conté
la que enterré estuvimos juntos siete años
escabiábamos una bocha
veo varios tipeadores en esta habitación pero
ningún poeta
no me sorprende
tiene que haber estado enamorados para escribir poesía
y ustedes no saben lo que es estar enamorado
ése es el problema
servime un poco de eso
está bien sin hielo piola
piola está bien
bueno ahí vamos
sé lo que dije pero voy a tomar uno solo
está bueno
y listo terminamos con esto
pero después que nadie se pare cerca
de una ventana abierta

You Don't Know What Love Is
(an evening with Charles Bukowski)


You don't know what love is Bukowski said
I'm 51 years old look at me
I'm in love with this young broad
I got it bad but she's hung up too
so it's all right man that's the way it should be
I get in their blood and they can't get me out
They try everything to get away from me
but they all come back in the end
They all came back to me except
the one I planted
I cried over that one
but I cried easy in those days
Don't let me get onto the hard stuff man
I get mean then
I could sit here and drink beer
with you hippies all night
I could drink ten quarts of this beer
and nothing it's like water
But let me get onto the hard stuff
and I'll start throwing people out windows
I'll throw anybody out the window
I've done it
But you don't know what love is
You don't know because you've never
been in love it's that simple
I got this young broad see she's beautiful
She calls me Bukowski
Bukowski she says in this little voice
and I say What
But you don't know what love is
I'm telling you what it is
but you aren't listening
There isn't one of you in this room
would recognize love if it stepped up
and buggered you in the ass
I used to think poetry readings were a copout
Look I'm 51 years old and I've been around
I know they're a copout
but I said to myself Bukowski
starving is even more of a copout
So there you are and nothing is like it should be
That fellow what's his name Galway Kinnell
I saw his picture in a magazine
He has a handsome mug on him
but he's a teacher
Christ can you imagine
But then you're teachers too
here I am insulting you already
No I haven't heard of him
or him either
They're all termites
Maybe it's ego I don't read much anymore
but these people who build
reputations on five or six books
termites
Bukowski she says
Why do you listen to classical music all day
Can't you hear her saying that
Bukowski why do you listen to classical music all day
That surprises you doesn't it
You wouldn't think a crude bastard like me
could listen to classical music all day
Brahms Rachmaninoff Bartok Telemann
Shit I couldn't write up here
Too quiet up here too many trees
I like the city that's the place for me
I put on my classical music each morning
and sit down in front of my typewriter
I light a cigar and I smoke it like this see
and I say Bukowski you're a lucky man
Bukowski you've gone through it all
and you're a lucky man
and the blue smoke drifts across the table
and I look out the window onto Delongpre Avenue
and I see people walking up and down the sidewalk
and I puff on the cigar like this
and then I lay the cigar in the ashtray like this and take a deep breath
and I begin to write
Bukowski this is the life I say
it's good to be poor it's good to have hemorrhoids
it's good to be in love
But you don't know what it's like
You don't know what it's like to be in love
If you could see her you'd know what I mean
She thought I'd come up here and get laid
She just knew it
She told me she knew it
Shit I'm 51 years old and she's 25
and we're in love and she's jealous
Jesus it's beautiful
she said she'd claw my eyes out if I came up here
and got laid
Now that's love for you
What do any of you know about it
Let me tell you something
I've met men in jail who had more style
than the people who hang around colleges
and go to poetry readings
They're bloodsuckers who come to see
if the poet's socks are dirty
or if he smells under the arms
Believe me I won't disappoint em
But I want you to remember this
there's only one poet in this room tonight
only one poet in this town tonight
maybe only one real poet in this country tonight
and that's me
What do any of you know about life
What do any of you know about anything
Which of you here has been fired from a job
or else has beaten up your broad
or else has been beaten up by your broad
I was fired from Sears and Roebuck five times
They'd fire me then hire me back again
I was a stockboy for them when I was 35
and then got canned for stealing cookies
I know what's it like I've been there
I'm 51 years old now and I'm in love
This little broad she says
Bukowski
and I say What and she says
I think you're full of shit
and I say baby you understand me
She's the only broad in the world
man or woman
I'd take that from
But you don't know what love is
They all came back to me in the end too
every one of em came back
except that one I told you about
the one I planted We were together seven years
We used to drink a lot
I see a couple of typers in this room but
I don't see any poets
I'm not surprised
You have to have been in love to write poetry
and you don't know what it is to be in love
that's your trouble
Give me some of that stuff
That's right no ice good
That's good that's just fine
So let's get this show on the road
I know what I said but I'll have just one
That tastes good
Okay then let's go let's get this over with
only afterwards don't anyone stand close
to an open window

domingo, 16 de diciembre de 2012

Treinta y tres, de Smashing Pumpkins (versión en verso: valga la redundancia)



Treinta y tres

Hablame
en un lenguaje
que pueda
escuchar.

Haceme reír
antes que
me vaya

–en el fondo,
los perdono
a todos

mientras las calles
repletas de gente
me reciben,
otra vez.

No puedo
llegar tarde,
la cena está
esperando
en la mesa.

Mañana es
una excusa
que se aleja.

Entonces,
me subo el cierre
hasta el cuello
y encaro el frío,
por mi cuenta.

La tierra se ríe
bajo mis pasos pesados
de la blasfemia
en mi viejo nervioso
andar.

Un camino
me lleva
al corazón,
a casa.

El sol sube,
sale y vuelve
a bajar.

Sé que puedo,
el amor puede durar
por siempre.

Elegantes cisnes
que nunca descienden
a la tierra.

Podés hacerlo
durar, lo sé,
siempre vos 
podés hacerlo
durar, siempre
vos.

Y por un instante
me pierdo envuelto
en los placeres
del mundo.

Viajé por acá
y por allá
y regresé,
otra vez.

Pero en los mismos
viejos antros
sigo encontrando
a mis amigos.

Misterios
que no están
listos para
ser revelados.

Simpatías
a las que
estoy dispuesto
a retornar.

Voy a hacer
el intento,
el amor puede durar
por siempre.

Elegantes cisnes
que nunca descienden
a la tierra.

Thirty-three

Speak to me in a language I can hear
Humour me before I have to go
Deep in thought I forgive everyone
As the cluttered streets greet me once again
I know I can't be late, supper's waiting on the table
Tomorrow's just an excuse away
So I pull my collar up and face the cold, on my own
The earth laughs beneath my heavy feet
At the blasphemy in my old jangly walk
Steeple guide me to my heart and home
The sun is out and up and down again
I know I'll make it, love can last forever
Graceful swans of never topple to the earth
And you can make it last, forever you
You can make it last, forever you
And for a moment I lose myself
Wrapped up in the pleasures of the world
I've journeyed here and there and back again
But in the same old haunts I still find my friends
Mysteries not ready to reveal
Sympathies I'm ready to return
I'll make the effort, love can last forever
Graceful swans of never topple to the earth.

viernes, 19 de octubre de 2012

“Cualquier tonto puede meterse en un océano...”, de Jack Spicer.



“Cualquier tonto puede meterse en un océano...”

Cualquier tonto puede meterse en un océano
pero se necesita una diosa
para salir de él.
La verdad de los océanos es, por supuesto, la verdad
de los laberintos y de los poemas. Cuando empezás a nadar
contra la corriente de ritmos y algas marinas de metáforas
tenés que ser un buen nadador o haber nacido de una diosa
para salir de ahí.
Mirá las nutrias de mar ondulando salvajes
en el medio del poema.
Se ven tan ávidas y pacíficas avanzando hacia donde las
aguas apenas se mueven.
Quizás puedas atravesar todas las olas y las rocas
hasta el centro del poema para tocarlas
pero cuando has probado las dichosas aguas
lo suficiente como para desear retroceder
ahí es cuando empieza la diversión.
Salvo que seas un poeta, una nutria o una entidad sobrenatural
te ahogarás, querido. Te ahogarás.
Cualquier griego puede meterte en un laberinto
pero se necesita un héroe
para salir de él.
La verdad de los laberintos es, por supuesto, la verdad
del amor y de la memoria. Cuando empezás a recordar.

“Any fool can get into an ocean…”

Any fool can get into an ocean
But it takes a Goddess
To get out of one.
What’s true of oceans is true, of course,
Of labyrinths and poems. When you start swimming
Through riptide of rhythms and the metaphor’s seaweed
You need to be a good swimmer or a born Goddess
To get back out of them.
Look at the sea otters bobbing wildly
Out in the middle of the poem.
They look so eager and peaceful playing out there where the
water hardly moves.
You might get out through all the waves and rocks
Into the middle of the poem to touch them
But when you’ve tried the blessed water long
Enough to want to start backward
That’s when the fun starts.
Unless you’re a poet or an otter or something supernatural
You’ll drown, dear. You’ll drown.
Any Greek can get you into a labyrinth
But it takes a hero to get out of one
What’s true of labyrinths is true of course
Of love and memory. When you start remembering.